Une máxima para toda la vida
Comida en « Artes y Ciencias reunidas », programa que incita a abrir los apetitos postmodernos... y si lo desean, por qué no, los apetitos más sencillos. Esa fue la opción que tomé, sin dudar un segundo, para festejar mi cumpleaños. Los reflejos solares animaban las barbas "mérovingiennes" de los gravados familiarmente colgados en las paredes, pero sobretodo lo mejor, nada incomparable al hecho de entrar en un albergue –español o no – por una puerta coronada de un frontón, tanto más cuanto que la máxima que se ofrece a los paseantes me la he apropiado para esta jornada, y de la que tengo la firme intención de servirme ampliamente : « No servirse, (una verdadera tentación delante de un restaurante), ni dominar (en español no rima, lo siento), sino servir ». Todo un menu, perdón un programa. No, finalmente no para para un día, sino para un año, para toda la vida. Laura
En français et avec fotos14 de abril 1931
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