La lección de Toffelr: «confiar en el conocimiento»
Alvin Toffler acaba de dar, en su último libro “La riqueza revolucionaria”, una sorprendente y ejemplar lección de modestia a numerosos economistas y a sus análisis “obsoletos” e “inadecuados”. Uno de sus principales capítulos se titula: “Confiar en el conocimiento” y se explica evocando la mayor mutación que será la de la generación a venir y que se impondrá a todos los territorios: “bruscamente, un sistema de riqueza diferente aparece, que depende de las modificaciones espectaculares de nuestras relaciones con el tiempo y el espacio, pero también de una tercera fundamental: el saber”
“Toma en este sentido la riqueza revolucionaria del mañana en la oferta global de conocimiento (OGC)», pero tal reto prospectivo se perfila en muchos casos más temible de lo que algunos puedan pensar
En efecto, señala el autor del “choque del futuro” (1974) – que tanto ha formado y tanto ha hecho reflexionar a muchos de entre nosotros -: «No estamos solamente aumentando la OGC” - el reto sería menos duro -, «Transformamos también sus modos de organización, de acceso y de distribución”
En particular, “los sistemas hasta ahora dominados por los acercamientos occidentales de la lógica y del pensamiento serán pronto enriquecidos por epistemologías diferentes y métodos de organización de ideas más variadas, a medida que progresamos hacia un metasistema mundial de conocimiento”
Para una colectividad local y para los actores económicos y culturales que tienen que asegurar la atractividad territorial, es ahí lo que está en juego precisamente y lo importante para un territorio abierto es gestionar a diario – y no solamente frente a las diferentes poblaciones venidas de otros horizontes culturales – los sincretismos a todos los niveles de decisión.
Así pues debemos retener la lección de Toffler acompañando a los actores locales en sus análisis prospectivos: «estamos transformando la relación de la riqueza, bajo todas sus formas, con lo fundamental y profundo que constituye el saber”